Dicen que después de la tempestad viene la calma, y la verdad que nuestro blog alterna periodos frenéticos con otros de calma tensa.
En esta ocasión la inspiración no emanaba de mis pocas y polisaturadas neuronas por lo que no me he podido resistir a reproducir un artículo de un muy interesante blog de un "loco" por las carreras como nosotros, el es Javier MGPolavieja (http://javiermgpola.blogspot.com/) y que dice literalmente así:
En esta ocasión la inspiración no emanaba de mis pocas y polisaturadas neuronas por lo que no me he podido resistir a reproducir un artículo de un muy interesante blog de un "loco" por las carreras como nosotros, el es Javier MGPolavieja (http://javiermgpola.blogspot.com/) y que dice literalmente así:
Hola de nuevo amig@s, espero que no os desaniméis durante éstos días de lluvias, vientos y condiciones atmosféricas adversas, salir a entrenar, olvidaros durante un rato de vuestras preocupaciones y disfrutad entrenando.
Hay gente que sale por la mañana temprano, intentando ganar a la claridad del día, otra gente, sale al mediodía, intentando robar el tiempo a la comida, otras personas salen después del trabajo, intentando no ser atropellados por la falta de luz. En sus vacaciones salen, se cansan, sudan y encima dicen que disfrutan.
En invierno, en días como éstos, se abrigan, se mojan y se quejan por la lluvia o nieve, se enfrían, se resfrían, toman propóleo intentando no caer enfermos, para seguir saliendo a correr, pasan rápido, despacio o incluso en zig zag entre la gente y los coches de la ciudad atascada, se molestan con los conductores que no frenan en un paso de peatones, o incluso con los ciclistas que no circulan por su sitio en el carril bici, suben por cuestas, trotan por caminos empedrados, pasan charcos, sin rumbo fijo, , escupen mientras corren, también los hay que escuchan música mientras corren, sin importar lo que se encuentre a su alrededor, la carrera les abstrae, los hay que van escuchando su propia música corporal, los hay que crean la suya al ritmo de su respiración, mirando siempre hacia adelante, o incluso a sus pies, pero nunca hacia atrás, buscan una meta, un objetivo.
En invierno, en días como éstos, se abrigan, se mojan y se quejan por la lluvia o nieve, se enfrían, se resfrían, toman propóleo intentando no caer enfermos, para seguir saliendo a correr, pasan rápido, despacio o incluso en zig zag entre la gente y los coches de la ciudad atascada, se molestan con los conductores que no frenan en un paso de peatones, o incluso con los ciclistas que no circulan por su sitio en el carril bici, suben por cuestas, trotan por caminos empedrados, pasan charcos, sin rumbo fijo, , escupen mientras corren, también los hay que escuchan música mientras corren, sin importar lo que se encuentre a su alrededor, la carrera les abstrae, los hay que van escuchando su propia música corporal, los hay que crean la suya al ritmo de su respiración, mirando siempre hacia adelante, o incluso a sus pies, pero nunca hacia atrás, buscan una meta, un objetivo.
Los hay que corren con chándal, otros con mallas, otros con zapatillas de marca, otros con camisetas traspirables, otros usan gorras, otros viseras, pero con un único punto de unión: "Correr".
Parece que están intentando ganar a alguien, trotan porque ya no les quedan fuerzas, pero no se rinden, son luchadores, llegan a una fuente, se refrescan, y continúan en su lucha particular, se saludan al cruzarse con otro que no tiene el gusto de conocer. Cuando a casa se duchan y ya piensan en el próxima día, no se acuerdan del mal trago.
Se apuntan a carreras, que empiezan a correr una semana antes, no beben alcohol (bueno en esto discrepo), cuidan sus comidas, no salen por las noches, y sueñan que están trotando durante la noche anterior a la competición. Se levantan cuatro horas antes, para preparar su ropa con empeño y con la ilusión de un niño pequeño en la noche de Reyes, para el día siguiente. Nunca llegaran a ser primeros, pero si ganarán de la misma forma que el primero. Disfrutan cuando pasan a otro corredor, le animan, le dicen que mantenga el ritmo, le entregan toda su energía para poder verle en la meta y fundirse en un abrazo con los que quedan por detrás, porque ellos son los ganadores.
Después de una competición cuentan sus experiencias, casi todas parecidas, pero disfrutan, se dan cuenta que han alcanzado su "Gloria Deportiva" sin importar la clasificación, sin molestarle que hayan llegado antes que ellos un centenar de corredores, porque han compartido su experiencia, han encontrado a uno como ellos que iba pasándolo mal y allí estaban ellos para animarle, para darle su propia agua, para arroparle en la amargura del trago.
Cuando consiguen su meta se inventan otra, compiten consigo mismos, se enfadan si hacen peores tiempos, se sienten realizados si los mejoran.
Durante todo el año presumen de su camiseta conmemorativa, cuelgan sus dorsales y medallas en su oficina junto a las fotos de su familia.
¿Os sentís identificados? yo desde luego que sí. Bienvenidos a la familia.
"Locos, locos no, pero un plomillazo si que tiene más de uno"
1 comentario:
¿No beben alcohol?...por supuesto que me siento identificado y estoy de acuerdo contigo en que un plomillazo si que tenemos..Já...¿Que no beben alcohol?
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