Sin trampa ni cartón.

Efectivamente, queridos Zebulon@s, no penseis que hemos retocado las fotos y que lo que aquí vamos a contar es fruto de nuestra imaginación, todo es rigurosamente cierto, es más os aseguro que la cámara no enseña la realidad totalmente sino que se queda corta.

Pero no adelantemos acontecimientos, después de sonar los despertadores y del primer pensamiento..."No estamos locos pisssha", los tres futuros Mapomeros salen de tierras cañaillas dispuestos a darlo todo. Son las 06:00h y podemos ver a los primeros operarios municipales que se dedican a la noble labor de ir montando las calles. Las endorfinas, la tostesterona y nosecuantas secreciones hormonales afloran en el vehículo Zebulón, la euforia se desata, incluso contamos con un GPS facilitado por el Departamento Informático del Club para que nos marque el camino hasta Álora. Nos encontramos con bancos de niebla en el cámino que nos retrasan un poco, así que nos alegramos de haber salido un poco antes, también realizamos un recorrido turistico por la bonita ciudad de Teba, ya que la actualización del GPS era del año de nuestro Señor de 1814 y no reconocía el 90% de las carreteras. Pero llegamos a Álora sobre las 8:45h en donde recojemos los dorsales y preguntamos en donde podemos desayunar algo, hay un bar que se llama "El madrugón" que está cerrado y vemos unos carteles donde dicen "DESAYUNOS CASA HERMANDAD" y allí nos dirigimos, cafetito y molletes con aceite, es la casa de hermandad del Nazareno de Álora y nos tomamos el mollete viendo el encuentro del viernes santo de madrugada, es como estar en casa, si mirais esta foto que aparece a vuestra derecha, podeis observar el perfil de las callecitas del pueblo, con lo que después de ver las cuestas y del cafelito, tuvimos un momento escatológico que no viene a cuento. Enseguida ya sabeis la liturgia, cambiarse, retocarse, vaselina en zonas que por decencia no voy a nombrar y ya estamos calentando y en la línea de Meta, al ser el Campeonato de Andalucía de Veteranos, la peña está muy delante y hay muchos clubs, así que nos ponemos en la cola y suena el disparo, calles estrechas, curvas cerradas y de pronto la locura, casi tres kilometros cuesta abajo, y cuando digo cuesta abajo, es la cuesta abajo más grande que recuerdo, con un problema, sabiendo que a la vuelta y con 18 kms en las piernas, la tendremos que subir.

Tras llegar abajo empezamos una montaña rusa de subidas y bajadas que no tiene fin, de todas maneras, es el empiezo y los kilometros van cayendo, el 4, el 5, el 6, el 7...ya tenemos un tercio del total, el Presi le había leido la cartilla al rompemuros y estaba más callado que en misa de 12, el entorno es muy bonito, el valle del Guadalhorce, lleno de naranjos y limoneros, naturaleza en estado puro, poco público pero los pocos te animaban conscientes de lo que había, los coches parados en la carretera aguantando estoicamente y respetando la carrera.

Pasamos el km 10 en 48' y algo, buenas sensaciones y a lo lejos vemos Pizarra, el pueblo en donde giraremos para la segunda parte de la carrera, la cuesta con un giro de 180º de esas que vemos desde el sofá en el Tour, o por lo menos eso nos parecía, los tres nos callamos y no hicimos ninguna referencia, aunque la veíamos por el rabillo del ojo no queriamos desilusionar a los otros. Luego Juanje me confesó que creía que yo me iba a quedar ahí, ganas me dieron, pero apreté el paso y pa arriba.

Los voluntarios te animaban y había agua cada 5 km y en los intermedios naranjas y esponjas, a esa hora ya debiamos estar sobre los 22ºC, hasta el rompemuros guardaba un silencio sepulcral, a partir del km 15, notamos como nuestros cuerpos se enervan ya veíamos el castillo de Álora a lo lejos, queríamos la cuesta.

El Club organizador de la prueba puso tres autocares escoba, pero con la afluencia masiva que tuvieron se tuvo que echar mano del ingenio y se organizó la famosa moto escoba, aquí a vuestra izquierda podeis ver como recoge a un esforzado corredor. La gente que va con nosotros de otros clubs nos comentan lo dura que es la dichosa cuesta, km 16, escuchamos a uno que dice que han ido demasiado rápido, que van a dejar 17 ó 18 minutos en la subida, km 17, otro compañero nos dice que lo peor es la primera parte, giro a la izquierda y cartel de 18 km, en el cartel alguién ha escrito "Ahora viene lo güeno", yo noto como la adrenalina corre por mi cuerpo y creo que a todos nos pasaba lo mismo, Pedro habla con uno y comentan en que curva está el 19, la carretera empieza a ponerse empinada, aquí cada uno se las compone como puede, Perico tira un pelín y Juanje y yo seguimos a ritmo, vemos como se va para arriba, pero ni piensas en seguirlo, ni a él ni a nadie, te basta con alinear las dos neuronas y poner un pie y luego otro...pasas el Km 19, ves gente que se para, que anda, que se toca el muslo, hay gente que te pasa y a los 20 segundos les pasas otra vez, no necesitas pensar en positivo, sencillamente no tienes pensamientos, ni buenos ni malos, te parece mentira pero ves el cártel de km 20, ufff, sólo una serie de 1000, pero vaya serie, ahí la calle ya no es calle, el asfalto te tira para atrás, pero por alguna razón especial, sigues poniendo un pie y luego otro, Juanje me pregunta si le tiramos un poco que ya queda ná, creo que ni le respondo, solo lo miro y él como un campeón se queda conmigo hasta el final. Perico 1º 46, nosotros 1º 48', se dá por bueno después de lo que hemos pasado, nos ha ayudado mucho el entrenamiento, tanto físico como psicologico.

La bolsa del corredor im - prezionante, bolsa de naranjas, bolsa de limones, sudadera, camiseta, mochilita, tarro de aceite, plato de cerámica, salchichón y bocata de filetes, así como bebida a tutiplén. Los perotes, que así se llaman los ciudadanos de Álora se merecen un 10, por su amabilidad y buen trato para los corredores, lo único malo es lo lejos que pusieron las duchas, en lo alto del pueblo y después de como trajimos las piernas, esa última subida se nos hizo eterna, aunque después de ducharnos ya no nos acordabamos. A destacar el puesto 26 que ocupamos en el apartado de clasificación por Clubs y de los 30 que puntuaron. Una vez duchaditos y bien hidratados pusimos dirección a San Fernando con la satisfacción del deber cumplido.